LOS PRINCIPIOS BáSICOS DE SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIóN

Los principios básicos de Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Los principios básicos de Solemnidad de la Inmaculada Concepción

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Más para que esta salutación, pronunciada en nombre de Jehová, suma Verdad, fuera verdadera en todo momento y en toda su extensión, era preciso que en todo momento estuviera María inmune de delito innovador, puesto que la plenitud de gracia exige carencia total y absoluta de todo lo que es pecado.

Y en El somos elegidos para la santidad, es opinar, para la Humor: "para que fuésemos santos e inmaculados frente a El".

Por la plenitud de tu Agudeza, lo que estaba cautivo en el infierno se alegra por su independencia, y lo que estaba por encima del mundo se regocija por su restauración.

María con su ejemplo nos Director en el camino hacia la Navidad, ella nos indica el camino, sólo queda que yo me decida a seguirlo de una oportunidad por todas, sólo queda que yo tenga el coraje suficiente como para ser más constante y firme a la hora del seguimiento de Jesús.

Con el salmo 97 nos unimos a la Casto María para alabar a Dios y proclamar sus maravillas. Lo hacemos diciendo todos:

La Inmaculada Concepción se convirtió en un tema popular en la humanidades, pero su naturaleza abstracta hizo que tardara en aparecer como tema en las obras de arte.

En el núpuro 508 el Catecismo describe: “De la descendencia de Eva, Todopoderoso eligió a la Inexplorado María para ser la Raíz de su Hijo. Ella, ‘llena de gracia’, es ‘el fruto más excelente de la redención’; desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo amplio de toda su vida".

Saludo con afecto a los romanos y a los peregrinos procedentes de Italia y de diversos países, en singular a los fieles de Novoli y a los chicos de Confirmación de Cingoli.

, por su parte, para formar en María al Verbo Encarnado Inmaculada Concepción y Figuraí elevarla a la dignidad de Mujer suya, requería una creatura que siempre hubiera sido perfectamente santa; no bastando para ello los dones correspondientes a los demás hombres, desde Solemnidad de la Inmaculada Concepción toda la gloria se decidió resistir a mango este privilegio que enriquecía a María con todas las gracias inimaginables y la elevaría a una santidad muy superior a la de todos los ángeles y santos juntos: “Toda hermosa eres, María, no hay mancha en ti”

De modo especial María ha velado con cuidadoso solicitud sobre el pontificado de mis venerados predecesores, cada individualidad de los cuales, con gran prudencia pastoral, ha guiado la barca de Pedro por la ruta de la auténtica renovación conciliar, trabajando sin cesar por la fiel interpretación y aplicación del concilio Vaticano II.

Por eso es la plena de Gracejo. En Ella queda restaurado todo el dolorido origen de nuestro pecado diferente. Nuestro origen prevaricador, y bastardo. Es en la Doncella restaurada como origen de justicia, de redención y de salvación. Volvemos a ser en la Virginal, en Ella la primera volvemos a ser imagen y dependencia de Jehová: ¡ese es nuestro origen!

En el corazón de las ciudades cristianas María constituye una presencia dulce y tranquilizadora. Con su estilo Separado da paz y esperanza a todos en los momentos alegres y tristes de la existencia.

Cada cual sabe cuáles son sus árboles de fruta prohibida con los que sustituir a Alá, o cuál su torre de babel con la que conquistarle, o frente a qué becerros de riqueza de dioses que no lo son se postra.

Ella puede ser el ejemplo ideal, que nos puede servir de guía para esperar como se merece la venida de Jesús.

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